¿Qué es la estimulación temprana?
Se entiende por estimulación temprana o estimulación precoz al conjunto de técnicas, medios y actividades educativas mediante las que se pretende potenciar el desarrollo de habilidades y capacidades en los niños y niñas, desde edades muy tempranas.
Se trata de una corriente educativa que fundó el doctor Glenn Doman quien lo desarrolló, desde mediados del siglo XX, en diversos centros con niños que sufrían parálisis cerebral. Posteriormente, fundó los Institutos para el Logro del Potencial humano, en el estado de Filadelfia (Estados Unidos) con quienes abanderó la denominada “Revolución Pacífica”.
Aunque esta estimulación temprana puede desarrollarse en casa, lo habitual es que este tipo de trabajo se realice en el centro de educación infantil, donde los docentes trabajan con los menores desde su nacimiento y hasta los 6 años de edad. Una etapa en la que el cerebro está más receptivo a cualquier estímulo, sobre todo a lo que los profesionales denominan unidades de información o bits.
Hay quienes sostienen, sin embargo, que la estimulación temprana del pequeño o de la pequeña debe comenzar en el útero materno, razón por la que aconsejan a las embarazadas que escuchen música o que pongan auriculares con música sobre sus barrigas. En este caso, lo mejor son los sonidos de las composiciones clásicas siempre y cuando sean suaves y relajantes. También es recomendable que la madre le hable al bebé, pues estudios pediátricos han demostrado que el pequeño puede escuchar la voz de su madre en el interior del útero, a partir del cuarto mes de gestación.
Principios y falsos mitos de la estimulación temprana
La estimulación temprana debe desarrollarse de manera secuencial y debe seguir unos patrones donde la repetición es básica. Por eso, si los progenitores desean desarrollar este trabajo en casa deben evitar el estrés y las interrupciones. El juego es la base de este trabajo y, como tal, debe ser placentero y divertido.
Cada niño o niña es diferente, por lo que debemos dejar que haga las actividades a su ritmo. Se trata de que conseguir que se conviertan en personas independientes, autónomas, seguras, capaces de dominar su conducta en todas las situaciones y de expresar sus sentimientos.
El papel de los padres durante la estimulación temprana es relevante. Ambos progenitores deben aportar seguridad al proceso y al pequeño o a la pequeña, cuidados, cariño y mucha atención. Por ello es importante que haya una buena comunicación entre el centro educativo y el hogar. Es importante que se trabaje en la misma dirección.
No hay que confundir estimulación precoz con adelanto del desarrollo natural de los pequeños o pequeñas. Todo lo contrario. Se trata de ofrecerle muchas experiencias que le permitan adquirir otros conocimientos.
Áreas de desarrollo que contempla la estimulación temprana
Las actividades que se desarrollan en el ámbito de la estimulación temprana de los menores se agrupan en cuatro áreas de conocimiento:
- Área cognitiva. Actividades que permiten al protagonista comprender, relacionar, a razonar, adaptarse a nuevas situaciones, interaccionar con los objetos y con el mundo que le rodea y a utilizar el pensamiento atendiendo al entorno en el que debe desenvolverse. Sea esta situación una respuesta rápida ante un peligro o el ensamblaje de un juguete siguiendo unas instrucciones.
- Área motriz. Aquí se presta atención a la capacidad que el niño o la niña tiene para moverse o desplazarse en su entorno. Un trabajo psicomotor en el que se presta atención a la coordinación, a lo psicomotricidad gruesa y fina, a las manipulaciones que hace de todo cuanto le rodea, etc. Para ello se deje total libertad a los pequeños para que exploren a su alrededor estableciendo, eso sí, límites al mismo ante posible riesgos. Planteamiento que hay que hacerles comprender y no imponer.
- Área lingüística. En este sentido, la estimulación temprana se centra en las capacidades expresivas, comprensivas y gestuales de los más pequeños. Es decir, todo lo que guarda relación con la capacidad de comunicación de las personas.
- Área socio-emocional. Este aspecto es especialmente relevante en la estimulación temprana, pues se refiere a las experiencias afectivas y a las capacidades socializadoras del niño o la niña. El refuerzo de estas competencias le facilitará la capacidad de relacionarse con otras personas en sociedad.